La importancia de una flora intestinal sana: el “Proyecto Microbioma Humano”

“La Microbiota arroja luz sobre por qué somos humanos, cómo evolucionamos desde nuestros ancestros hacia los humanos modernos. Y lo más importante: nos da pistas para entender por qué ahora estamos expuestos a una serie de enfermedades autoinmunes crónicas”

ANDRÉS GÓMEZ

Investigador del Instituto J Craig Venter

 

El “Proyecto Microbioma Humano” fue un proyecto de cinco años realizado por el “Instituto Nacional de la Salud” de Estados Unidos (NIH) con el objetivo de identificar y categorizar las “colonias microbianas” que habitan las diferentes cavidades y mucosas del cuerpo humano, y buscar las correlaciones entre los cambios en la Microbiota (Flora Intestinal), y el efecto de estos cambios sobre la salud y la enfermedades que nos afectan.

Aunque las bacterias se asocian a menudo con las infecciones, las bacterias que colonizan las diferentes partes de nuestros cuerpos son esenciales para la vida. Dependemos de estas bacterias para digerir nuestros alimentos, producir ciertas vitaminas, regular el sistema inmunológico y mantener la salud al protegernos contra las bacterias que sí pueden causar algunas enfermedades. También, se ha probado que algunas de estas bacterias tienen un efecto directo sobre nuestro estado de ánimo; por ello, la falta de ellas puede causar depresión, entre otros trastornos emocionales.

El número de células de las bacterias que contiene el cuerpo humano de un adulto sano es mucho más grande que sus “células humanas”: ¡sería correcto decir que tenemos más de bacteria que de humano! Sin embargo, la variedad y el grado de diversidad de estas bacterias varía mucho en cada individuo y puede determinar su susceptibilidad a enfermedades o desequilibrios de todo tipo.

 

¿De qué depende el tipo de microbiota que tiene cada individuo?  

La cantidad y el tipo de microbiota de cada persona está determinada desde la infancia: somos un producto de nuestro medio ambiente.

Como infantes venimos al mundo con una “pizarra en blanco”, esperando nuestro primer contacto con los organismos microscópicos que nos rodean. Nuestra primera exposición es al pasar a través del “canal del parto” o el “tracto vaginal” de nuestras madres (un “nacimiento por cesárea” determina una microbiota deficiente de por vida, lo que posiblemente causa muchas de las enfermedades típicas de la infancia, asma, eczema, alergias, etc.), seguida por una lactancia sana y durable. Así, la naturaleza establece la base sobre la cual construiremos nuestra microbiota.

Son, pues, muchos los factores que determinan a lo largo de los años qué tipo de microbiota desarrollamos, qué organismos viven o cuáles mueren, y esto influenciará en nuestra salud para toda la vida. Entre algunos de estos factores cabe mencionar la exposición familiar, la alimentación (una dieta vegetariana por ejemplo, da origen a una microbiota diferente a la que resulta de una dieta Omnívora), el medio ambiente, las enfermedades y los medicamentos (los antibióticos matan gran parte de la microbiota y puede demorar hasta 6 meses regenerarla a sus niveles originales, y durante este tiempo, estamos “desprotegidos”). Más aún cada vez que besas a alguien, si tienes o no una mascota, cada vez que comes algo, aplicas un cosmético, o si utilizas productos “antibacteriales” estás afectando la composición de tu Microbiota.

 

¿Por qué es importante y qué podemos hacer para generar una microbiota sana y variada?

Las investigaciones han descubierto una intrincada red que conecta nuestra flora intestinal (microbiota) a prácticamente todos los procesos de nuestro cuerpo. Como tal, los desequilibrios en nuestras comunidades microbianas han estado implicados en innumerables problemas de salud, incluyendo la salud inmunológica, el bienestar psicológico y algunos de los problemas de salud crónicos más profundos de nuestros tiempos.

De hecho, la investigación sobre la influencia del sistema digestivo sobre el cerebro (gut-brain axis) tiene el potencial de revolucionar la forma en que los psicólogos en todo el mundo apoyan el bienestar mental y emocional.

Técnicas y métodos sobre cómo manipular la microbiota ya están siendo estudiados y aplicados. Investigadores como Martin Blaser, fundador de la “Fundación para la Bacteriología”, abogan por las “buenas bacterias” como “los nuevos antibióticos”.

¡Es hora de cultivar una amistad con nuestra microbiota!

 

Para más información y /o tratamientos relacionados por favor contactar a:

Marité de Taboada (marite_detaboada@yahoo.com)

BSc (Hons), mBANT, mIFM

Nutricionista Clínica – Funcional

 

 

 

 

 

 

About the author

Marite de Taboada

Marité de Taboada es graduada en Nutrición de la Universidad de Westminster en Inglaterra. Siguió especializaciones en "Alimentos Funcionales" y en "Alimentación Sinérgica" y es miembro de BANT (Asociación de Nutrición Aplicada y Terapias Nutricionales" en Londres así como del Instituto de Medicina Funcional en Los Estados Unidos y de la CNHC (Complementary & Natural Heatlhcare Council de Inglaterra). Investiga la sinergia alimentaria y la nutirición antiedad. Es fundadora de FoodSinergy empresa que produce alimentos sinérgicos. Visita su página web: www.Foodsynergy.net / E-mail: info@foodsynergy.net .

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